domingo, febrero 25, 2007

21

Felicidades a mi.


Que se lean el Filme #22 que es el de cumpleaños.

Now gimme some sugar.

Filmes de una cabeza inconsciente 22 (o ¿Sueñan las llamas con ovejas apagadas?)

Me encontraba en Chile dentro de una excavación en medio de unos edificios. Había un grupo bastante grande de personas, entre ellos amigos míos, que intentaban filmar una secuencia en la que seguían a alguien desde dentro de la excavación hasta afuera en una explanada cercana. Yo no estaba ayudando en la filmación porque estaba en un costado del lugar apañoteándome con una amiga, o al menos tratando pues nuestras bocas no llegaban a coordinar. Parecía que los dos buscábamos encontrar el ritmo del otro y ambos lo conseguíamos al mismo tiempo, lo que causaba que otra vez tuviéramos ritmos diferentes. Sus labios estaban pintados de rojo, quizá demasiado. Entonces empecé a besarle el cuello y los hombros, mientras ella me acariciaba y yo seguía bajando, besando su esternón y arriba de su ombligo. La sostenía de la cintura con una mano, mientras que con la otra acaricié desde su vientre hasta llegar al costado de su seno y le besaba debajo de la barbilla. Para entonces ya estaban todos los demás junto a nosotros y me gritaron molestos diciéndome que los ayudara porque no les salían las tomas y que yo era el único de todos ellos que sabía como hacerlas. Les dije que me esperaran un rato, que no se preocupen y que al final todo saldría bien. Pero todos empezaron a gritar diciéndome que no se podía esperar más. Entonces me paré y les dije que entonces me dieran la cámara y termináramos todo de una vez. Seguramente no les salía porque la cámara era una fotográfica Polaroid de esas instantáneas. Fuimos hasta el centro de la excavación y comenzamos a filmar. El actor corría por el terreno, por las escaleras, tablas, subidas y bajadas para salir del hoyo y llegar a la ciudad; yo lo seguía con la Polaroid. Cada cierto rato caía uno de los papeles fotográficos y unos chavos que corrían detrás de mí los atrapaban para que no cayeran al suelo. En la fotografía se repetía una y otra vez lo que se había grabado. Así hasta que llegamos a la explanada donde terminaba la escena. El actor se detenía, miraba al cielo y yo me ponía detrás de él haciendo una contrapicada. Vimos que en el cielo había algo que no debía de estar. Era un zeppelin, más cuadrado que redondo, completamente de metal oscuro y oxidado. Avanzó un poco más para luego girar 180º hacia arriba y regresar de cabeza por donde vino.

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domingo, febrero 18, 2007

Del tiempo, el fin y otras contradicciones


El tiempo es un recurso aterradoramente renovable, por lo que probablemente nunca notemos que se nos acaba.
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domingo, febrero 11, 2007

Filmes de una cabeza inconsciente 21

Mi hermano menor y yo estábamos viviendo en casa de un cuate con el que estudié la prepa. Nos quedábamos en su cuarto (que era muy parecido al mío). En una cama mi hermano, en la otra yo y mi amigo en una hamaca. Se nos olvidaba que era su casa, porque casi nunca lo veíamos. Una vez entró una niña de piel casi negra, de unos 6 años y con la espalda llena de pelo. Se paró un momento inexpresiva en la puerta de la habitación, pero de repente empezó a gritar, corrió rapidísimo hasta mi hermano y si él no le hubiera sostenido las manos ella le habría clavado un tenedor que tenía. La niña seguía dando alaridos mientras forcejeaban, hasta que mi amigo le gritó y le dijo que se calmara. La niña se fue furiosa. Mi cuate me dijo que en realidad no era su hermanita, que era adoptada. Luego me pidió que lo acompañara a regresarla a su verdadera familia, en una tribu de África o algún lugar así.

La llevamos, la dejamos cerca de su aldea y nos fuimos.

La niña estaba parada y veía las chozas a no más de 100 metros. Una muchacha en el pueblo la alcanzó a ver. Era su verdadera hermana. La niña, al verla, empezó a correr hacia ella. La hermana le gritó que no corriera y se quedara donde estaba, toda la tribu se empezó a asustar y a gritar. La niña se detuvo y se dió cuenta que se encontraba en medio de muchas estacas clavadas en el piso. Cada estaca señalaba una mina terrestre. La hermana corrió hasta ella sin importarle las minas, la alcanzó y la abrazó. Fue cuando escuchó que todo el pueblo empezó a gritar y al voltear vió a un hombre tirado en el piso, atravesado por una de las estacas en el estómago. Todo se tornó a cámara lenta. El hombre salió disparado, elevándose unos 20 metros en el aire. La mina igual salió volando un poco más bajo. La hermana lo veía, se dió la vuelta y abrazó a la niña justo en el momento de la explosión. La onda de choque hacia que sus rostros se deformaran, sus ojos casi se salían de sus órbitas, las encías se separaban de la quijada, la nariz se despegaba de la cara a la vez que los orificios de la misma se alargaban y los cachetes parecían una sábana que se seca con el viento.
La hermana se despertó, tirada bocaarriba, unos segundos después. La niña estaba hincada junto a ella. La niña estaba bien. La hermana tenía unos jirones de carne y sangre en vez de pantorrillas. Entonces cayó sobre su estómago el torso quemado del hombre. Su cara estaba destrozada y casi sin piel, pero aún tenía los ojos. Los ojos la miraban a ella y a mí y a tí.


Y nos despertamos de lo horribles que eran sus ojos.

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domingo, febrero 04, 2007

Odio el blogger nuevo y lo señalo con mi dedo para que todos lo vean y lo odien (al blogger, no a mi dedo)

Acabo de ser cruelmente obligado a cambiar el blogger antiguo que quería tanto por el blogger nuevo que ya aborrezco...

Qué les pasó a las eñes y acentos de mis links? por qué ahora son símbolos asquerosos? por qué ahora mi perfil tiene esa serie de números tan larga y no el 11281320 que ya me había aprendido? por qué no salen las fotitos en los comentarios?


Odio el blogger nuevo... mi furia crece y crece impotente... si yo no fuera una persona pacífica y prudente saldría en este preciso momento a patear a algún cachorrito.