6 días y me largo a Guanajuato.
Estaba hace unas 3 semanas en la terraza del buen espiteño, ahí donde no invitamos al tiempo ó, cuando menos, donde a uno le vale envejecer de ocio. Y, pues estábamos ahí aposentados en esas mecedoras de tubos de metal y cuerdas de hule, que tienen así como que unas 'eses' en los brazos y en la parte de arriba del respaldo, esas que he visto en casi todas las casas de la ciudad desde que me acuerdo y que, de hecho, tengo unas iguales en el patio de la mía... no sé si es un requisito haber tenido de esas sillas para considerarse yucateco, tampoco sé si captaron ustedes de cuáles estoy hablando, pero no es el punto y no me interesa que lo entiendan.
Bueno, y mientras estábamos sentados hacíamos lo que hacemos cuando estamos sentados: platicar y fumar - ahora yo solamente platico... a mí se me tan fácil dejar de fumar como volver a hacerlo-. Y entonces, nuestra conversación tomó un giro abrupto (diganme qué es 'abrupto' y si lo usé bien), y con sapiencia y galanura interrumpió lo que yo decía para exclamar:
- Wey, me cago de ganas de irme al cervantino.- Hey, yo igual.- ¿Y si nos vamos?- Pues vamos.Siempre he sido muy difícil de convencer.
Las agencias de viajes me confunden, nunca las he aprendido a usar. Fuimos a una donde nos atendió una chava que creyó que no éramos yucatecos - pobre ilusa, no nos había escuchado hablar-, le dejamos para que nos averiguara algunas cosas y dijo que nos llamaría cuando tuviera la información, pero jamás lo hizo. Muerte a la maldita. Luego fuimos a otra, donde nos atendió un tipo... y chale, qué miedo nos dió... el hijodesumadre media como dos metros fácil, era moreno y bembón, sus manos eran más grande que mi cabeza y hablaba como si fuera chiquita de Rebelde... ¿qué hicimos?... corrimos... corrimos hasta que nuestros músculos ardían y por nuestras venas corría ácido... y luego corrimos un poco más... - en realidad, no corrimos mucho... encendimos un cigarro-. Esto nos convenció de que no podíamos confiar en las agencias. Las agencias de viajes son las sucursales del Mal. No las necesitamos, nosotros averiguamos todo.
Y sí averiguamos todo, creo... pero no se los voy a contar cómo fue porque no fue emocionante.
En fin, ya quedó masomenos así:
Lunes 10 nos subimos a las 4pm a un avioncito que nos lleva pa México, nos bajamos y nos largamos a la estación de autobuses donde nos metemos a un camión con destino León, ¿saben por qué León? porque ahí está nuestro mugroso hotel, porque Guanajuato se llena como si regalaran tepache y ya no conseguimos hotel, fo vamos a tener que irnos de León a Guanajuato diario, pero tenemos la esperanza de encontrar en Guanajuato alguna posada mágica o rincón mohoso donde podamos trasladarnos y quedarnos de plano... bueno, en fin, nos quedaremos por ahí hasta el domingo 16 si es que estamos enteros, agarramos un camión para llegar temprano a México, irnos al aeropuerto, hacernos mensos por ahí hasta la 1pm del lunes 17 y regresarnos a los confines del país a comer queso relleno.Y fin, pudimos organizarlo mejor... pero quizá el siguiente año.
Way... y ya no sé qué más decir... me voy al Cervantino y estoy contento.
Ah, y para los que incultos malditos perros que no sepan: Yucatán es el estado invitado para éste año.P.D: Yo amo el tepache.